jueves, 18 de enero de 2018

Por qué ya, ya está.

Las ganas de llorar no me superarán jamas, por que se han vencido, por que ya no están.

Aunque toda esta tristeza se acumule como un rio sin secar. Y sea  mas grande la distancia desde donde estoy hasta donde quiero estar. 

Me puedo mirar casi desde afuera, puedo mirar una figura casi invisible, tal vez teñida un poco de rabia, suena contradictorio pero también hay agradecimiento.

Se que no he luchado ni la mitad de lo que podría.

¿Pero por que siempre tiene que ser así?

Cuando ya no derramas lagrimas, si no tu paz, pedazos de la vida misma.


Vera.

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